En la era de la tecnología y la conectividad en la que vivimos, el mundo actual se centra en gran medida en los efectos de los medios de comunicación en nuestro bienestar mental como sociedad. La aparición y la popularidad de plataformas de redes sociales como Instagram, Facebook y Twitter han dado lugar a un flujo continuo de imágenes y publicaciones cuidadosamente seleccionadas que muestran estilos de vida aparentemente perfectos. Esta exposición constante a estas representaciones a menudo puede generar sentimientos de incompetencia y disminuir la autoestima, ya que comparan sus propias realidades con las vidas aparentemente perfectas que otros presentan en línea. Estudios de investigación han indicado una relación entre el uso de las redes sociales y un aumento en los casos de depresión y ansiedad entre las personas que interactúan intensamente con estos espacios digitales.
En tiempos y durante la era de la pandemia de COVID se ha vuelto bastante común el “doomscrolling”, donde las personas leen interminablemente noticias y actualizaciones negativas en las redes sociales y plataformas de noticias. Esta exposición constante al contenido puede afectar negativamente la salud y causar sentimientos de desesperanza, miedo y agobio.
La tecnología digital también ha aportado ventajas para el bienestar. La aparición de la teleterapia y las aplicaciones de salud mental ha facilitado el acceso a la asistencia para quienes la necesitan. Ahora, las personas pueden acceder fácilmente a la ayuda desde sus hogares, lo que les ayuda a superar obstáculos como el transporte y los horarios conflictivos. Además, las comunidades en línea y las plataformas de debate reúnen a personas que enfrentan desafíos, fomentando un sentido de unidad y empatía entre ellas.
En resumen, el mundo digital ofrece obstáculos y oportunidades para el bienestar. Es importante que las personas sean conscientes de cuánto tiempo dedican y se concentren en cuidarse. Al usar la tecnología de forma responsable, podemos aprovechar sus ventajas y, al mismo tiempo, reducir su impacto en la salud mental. En general, el mundo digital puede ayudar a las personas en su camino hacia la vida, pero se requiere atención plena y acciones intencionales para desenvolverse en este complejo entorno.